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#VozLPP - Sra. Mirian

El poder femenino impregna toda la (re)existencia de Maré.

Una de las características del territorio de Maré es la participación efectiva de las mujeres en la lucha por la construcción, los derechos y el desarrollo de este enorme complejo. Sólo existimos hoy porque hubo personas dispuestas a luchar en el pasado. Hoy, nuestra misión es mirar al pasado para entender cómo podemos construir un futuro mejor con inclusión, diversidad, derechos y equidad para todos los que viven aquí. 

Una de las mujeres que lucharon por nuestro presente es Mirian Gonzaga dos Santos. Alejada de Humaitá, llegó con 13 años a Nova Holanda, una de las 16 favelas que componen el Complexo da Maré, en la Zona Norte de Río de Janeiro. Al principio, no fue fácil desarrollar una relación afectiva con la zona. Cuenta que era una de las personas que se reunían para quejarse de todas las ausencias de Maré. Las "carencias" que siempre han formado parte de la vida de los mareenses: luz, agua, saneamiento básico, educación, salud y tantos otros derechos básicos de un ciudadano. 

No fue hasta que empezó a trabajar en la Asociación de Vecinos cuando doña Míriam se dio cuenta de que haría falta mucho tiempo y lucha para conquistar herramientas y construir un futuro de posibilidades y caminos -que no fueran los zancos de madera- en Maré. A partir de ese momento, comprendió que seguiría un intenso camino de autoconocimiento y descubriría la fuerza que existía en su interior.

"No me veo viviendo en otro sitio. Tengo una gran relación con la zona".

Después de trabajar en una guardería de Nova Holanda, dirigir durante seis años el departamento de educación de la Asociación de Vecinos e implicarse durante años en las causas sociales de la zona, su camino se cruzó con una propuesta de Luke Dowdney, fundador de Fight for Peace. En una intensa búsqueda de personas que creyeran en el potencial de los jóvenes de Maré, Luke la conoció e insistió en que lucharan juntos por la paz.

"Yo no quería participar. Pero vi a un chico tan joven y con tantas ganas... Sabía que llegaría muy lejos y decidí acompañarle", dice Míriam. 

Todo empezó en una pequeña habitación al fondo de la asociación de vecinos, con sólo cuatro pares de guantes de boxeo, una mesa de hierro oxidada y un inmenso deseo de influir positivamente en la vida de innumerables jóvenes. Han sido 20 años de proyectos, trabajo e historias transformadoras. Doña Míriam estuvo en cada etapa trabajando directamente con los jóvenes, creyendo y ayudando a invertir en cada uno de ellos. 

Dice que Lucha por la Paz le ha cambiado la vida. Pero en realidad, ella ha ayudado a construir la organización que apoya diariamente a niños, jóvenes y sus familias, impactándolos y cambiándolos. Además de ser una referencia para otras jóvenes que se inspiran en sus pasos y luchan por el futuro.

Esta es una de las increíbles mujeres que hacen posible LPP. ¿Quieres descubrir otras historias y conocer a otras protagonistas? Navega por nuestro sitio web. 

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