Conozca a Kelvelene Martins, alumna del proyecto Maré Unida, y descubra cómo el deporte ha transformado su vida.
La renovación del proyecto Maré Unida por otros dos años, patrocinado por Petrobras a través de la Ley de Incentivo a la Cultura y al Deporte de Río de Janeiro, trae la certeza de que más residentes de Maré verán sus vidas impactadas por el deporte, como ocurrió con Kelvelene Martins. Más conocida como Índia, llegó a Luta Pela Paz a través de su marido, que entrenaba muay thai en el antiguo centro Pinheiro, una de las favelas del Complexo da Maré. Pronto se enamoró de este deporte y su deseo de competir no tardó en crecer.
Como madre de tres hijos, mucha gente le dijo que no debería entrenar ni meterse en peleas que siempre se han considerado masculinas, pero eso no fue suficiente para hacer tambalear su decisión. Desde entonces, la joven ha repetido que "el 'sexo débil' puede con todo". Antes de la pandemia, India organizaba su tiempo, reservaba momentos para entrenar y, cuando no tenía a nadie que cuidara de los niños, llevaba a sus hijos con ella a la Lucha por la Paz. "Siempre fui muy bien recibida por todo el personal. Algunos cuidaban de los niños mientras yo me formaba, otros ya habían preparado una carpeta con dibujos y material de pintura para distraer a mis hijos mientras yo participaba en las clases de desarrollo personal", cuenta. Actualmente se protege del coronavirus mientras sigue ejercitándose y evolucionando, tomando clases de muay thai a distancia y de desarrollo personal.
Desde que empezó a participar en las actividades, India ha luchado en seis competiciones de muay thai, ha competido en siete carreras callejeras y ha sido púgil en una prueba de boxeo, un nuevo deporte que ha empezado a practicar. Dice que cuando se desanima, sus mayores alicientes son sus hijos y su marido. "Cuando me invitaron a una carrera de 10 km, él (su marido) me dijo que me los imaginara al otro lado de la línea de meta, animándome. Era mi carrera de superación", recuerda.
La India, que nunca antes se había planteado la posibilidad de practicar deporte, y mucho menos ningún tipo de lucha, se convirtió en un punto de referencia en su territorio. Muchas jóvenes empezaron a querer ocupar también ese lugar. "El deporte me ha ayudado a trabajar la aceptación, la confianza en mí misma, el empoderamiento y el autocontrol. Me siento privilegiada por ser una inspiración para otras chicas, porque sé lo mucho que les pueden influir las artes marciales", afirma.
Cuando le preguntamos cómo se imagina dentro de cinco años, India menciona su sueño de tener su propia casa, pero también habla de que quiere ser educadora deportiva para compartir con los demás todo lo que ha aprendido.
Esta es sólo una de las historias de jóvenes que se han visto impactados por las acciones del proyecto Maré Unida, una asociación entre Luta pela Paz y Petrobras, a través de la Ley de Incentivo a la Cultura y el Deporte de Río de Janeiro. Además de prestar asistencia directa a niños y jóvenes, Maré Unida forma a organizaciones locales que utilizan el deporte como herramienta de desarrollo.
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