"La formación de mi carácter vino de Maré y mi formación profesional también vino de la Lucha por la Paz", dice Juliana Pinho, empleada de LPP y residente en el Complexo da Maré.
Mucha gente no sabe hasta qué punto Luta pela Paz (LPP) forma parte de la vida de las personas y el impacto positivo que tiene. Es natural que los habitantes del territorio de Maré sientan afecto por la organización, ya que muchos empezaron a participar en las actividades cuando eran muy pequeños, lo que significa que crecieron afectados por las acciones y los proyectos promovidos por la Academia, además de, por supuesto, establecer vínculos con el personal y los demás alumnos.
Este fue el caso de Juliana Pinho. Nacida y criada en Complexo da Maré, empezó como alumna de LPP en 2007, cuando la academia aún era muy diferente de lo que es hoy. Entre idas y venidas, en junio de 2013 Juliana vino para quedarse. Empezó a tomar clases de Muay-Thai, que ya contaba con una fuerte presencia femenina. Aprovechó para hacer varios cursos y formación en el área de empleabilidad hasta que, en noviembre del mismo año, se abrió una vacante de prácticas en la recepción de Luta pela Paz, y así Juliana empezó a trabajar en la organización.
"La sensación fue la de conseguir mi primer trabajo en el lugar que me acogió. Quería abrirme camino. Sabía que lo haría en la Lucha por la Paz".
Solo dos meses le bastaron a Juliana para desarrollar su potencial. Comenzó sus prácticas en el área de Monitoreo y Evaluación en enero de 2014 y permaneció hasta noviembre de 2015, cuando fue nombrada asistente del área. Al mismo tiempo, Juliana también formó parte del Consejo de la Juventud, donde vivió una experiencia indescriptible, no sólo por las oportunidades de conocer otros espacios, viajar a otros estados y ciudades, conocer gente increíble, sino principalmente por el intercambio de experiencias.
Toda esta experiencia la ayudó a elegir su licenciatura en Ciencias Sociales en la UFRJ, sobre todo porque quería llevar a la universidad la experiencia de una joven de favela y demostrar que los territorios periféricos no son sólo objeto de estudio. Juliana no tenía ni idea de que estaba a punto de enfrentarse al mayor reto de su vida: al fin y al cabo, no es fácil compaginar trabajo y universidad.
"Conciliar trabajo y universidad sigue siendo uno de los mayores retos de mi vida, el universo universitario es muy distante y diferente al que he vivido en Maré y esto conlleva muchos cruces"
En 2021 Juliana se une al equipo de Gestión de Proyectos de LPP con la certeza de que vivirá otro periodo de gran aprendizaje y desarrollo dentro de la organización que la ha acogido desde niña.
Además de toda su experiencia en la Lucha por la Paz, Juliana también se dedica a otros proyectos personales vinculados a Maré. Es comunicadora comunitaria, forma parte del colectivo Favelas na Luta, es cofundadora y está activa en primera línea de la lucha contra Covid-19 en la acción Frente de Movilização da Maré, y es una de las fundadoras del movimiento Vascaínas Contra o Assédio, un grupo creado por aficionadas con el objetivo de luchar contra el sexismo y dar visibilidad a las mujeres en los estadios.
El LPP fue sólo el comienzo de su viaje. Es donde se descubrió a sí misma como una potencia y decidió desarrollarse al mismo tiempo que compartía aprendizajes, intercambiaba experiencias y ayudaba a las personas que se cruzaban en su camino, de dentro y fuera del territorio de Maré.
Esta es sólo una de las muchas historias de mujeres increíbles que forman parte de Luta pela Paz con el deseo de devolver a Maré todo lo bueno que han aprendido. Son protagonistas de su propia historia y modelos para muchos niños y jóvenes de la zona.
Al igual que Juliana, doña Mirian también ha estado construyendo Luta pela Paz desde los inicios de la organización. Para saber más sobre su historia, haga clic aquí.