Hoy te invitamos a conocer un poco más sobre una de las cuatro organizaciones que participan en el nuevo programa de formación Maré Unida, ¡patrocinado por Petrobras!
La Escuela de Lucha Fábio Florêncio nació del deseo de devolver todo lo que había aprendido en Maré: "Mi trayectoria en el deporte fue muy parecida a la de la mayoría de mis alumnos, porque yo también empecé en un proyecto social, que también era gratuito, dirigido por un profesor voluntario... Nací y crecí aquí en Maré, viví aquí en la época de los palafitos y todo eso... Cuando todavía era un niño hubo la mudanza a Pinheiro (una de las 17 favelas que componen el Complexo da Maré) y allí es donde he vivido la mayor parte de mi vida hasta hoy. Fue pasar por un proyecto que me hizo querer continuar en el deporte. Empecé a formarme en jiu-jitsu hasta convertirme en un verdadero atleta. Luché en varias competiciones en Brasil y en todo el mundo. Viví en el extranjero, "conseguí" algunos contratos, logré comprar mi casita... Y entonces llegó el sueño de querer hacer por los niños de Maré lo que ellos habían hecho por mí. Cuando volví a Brasil, ésta era la idea más fuerte que tenía en la cabeza. Monté el proyecto de la Escuela de Lucha Fábio Florêncio, en Vila do João, y allí estamos desde hace seis años", cuenta Fábio.
También nos cuenta que este camino no ha sido fácil, pero que su mayor recompensa diaria es poder ver que el proyecto continúa y crece cada día.
"Empecé el proyecto con unos 15 alumnos, muchos de ellos amigos de la infancia porque he vivido en varias favelas de Maré la mayor parte de mi vida, y hoy tenemos más de 90 alumnos. Es estupendo saber que estamos aportando calidad de vida y ocio, algo que desgraciadamente muchos niños y jóvenes no encuentran aquí". En cuanto al equipo, hoy somos cinco, todos voluntarios. El proyecto, como el que yo entrenaba cuando era niño, no tiene ánimo de lucro, por lo que todas las actividades son gratuitas para los niños y jóvenes".
En un esfuerzo por profesionalizar el proyecto y mantenerlo vivo, Fabio acudió a Luta pela Paz y a nuestro programa de formación Maré Unida.
"Conocía Luta pela Paz de nombre desde hacía mucho tiempo, muchos de mis alumnos también solían ir a Luta pela Paz. Pero fue después de empezar mi proyecto cuando conocí mejor el trabajo de la organización. Justo al comienzo del proyecto, conocí a Luke (Dowdney, CEO y fundador de Luta pela Paz), que estaba con la furgoneta de Luta pela Paz buscando organizaciones que trabajasen con la misma iniciativa (el deporte como herramienta de inclusión social). Hablé con él un rato, le expliqué cómo funcionaba nuestro proyecto, pero al principio eso fue todo... En aquel momento no sabía cómo encontrar gente y mantener el contacto, era antes de las redes sociales. Fue con las redes sociales cuando supe más sobre el trabajo que estabais haciendo y que era muy grande. Vi el anuncio de la selección para Maré Unida el último día y me presenté. Como soy una persona mayor, al principio me daba un poco de miedo el hecho de que fuera una solicitud online... Pensé que podría no salir adelante y todo. Llegué tarde del trabajo, pero como era fácil de rellenar, acabé a tiempo (risas). Tenía que ser así. Y así, por suerte, ¡me seleccionaron! Para mí, no había nada más natural que unirme a una organización que lleva tanto tiempo haciendo el bien por mi zona. Realmente esperaba que saliera bien y así fue: hoy estoy aquí".
Desde entonces, Fábio dice que ha aprendido muchas cosas en los entrenamientos de Maré Unida.
"Tengo mis antecedentes como atleta, también como educadora deportiva, pero la gente de Luta pela Paz tiene mucha experiencia y me está enseñando mucho sobre organización. Cómo trabajar en el desarrollo personal junto con las actividades deportivas, cómo buscar nuevas asociaciones y patrocinios, cómo mantener la comunicación con el público en general, pero también con los posibles financiadores de nuestro proyecto. Muchas cosas. Y lo mejor es que ya he conseguido poner en práctica en mi proyecto muchas de las cosas que aprendí aquí. Antes, por ejemplo, ni siquiera tenía una lista de llamadas. Algo que es sencillo, pero no me daba cuenta de lo importante que era porque en lo que estaba centrada era en conseguir que la gente se formara y eso me parecía bien. Son estas asistencias, ausencias y faltas las que también acaban configurando el compromiso que los alumnos tienen con su organización y esto acaba contribuyendo a reforzar la misión y los valores del proyecto, que ayudan a formar el carácter de los niños y jóvenes. También he aprendido sobre el poder de los círculos de conversación como mecanismo para trabajar principalmente con los jóvenes. Así que estoy aprendiendo mucho y viendo qué puedo y qué no puedo adaptar a la realidad de mi organización, ¿sabes? Y en el tiempo que llevo aquí, desde enero, ya puedo ver lo mucho que ha crecido mi proyecto. Realmente creo que eso es lo que faltaba. Mi escuela hoy ya no es sólo una escuela de la competencia, ¿sabes? Mi misión es dar a mis alumnos una mejor calidad de vida. Ya era mi idea, pero no sabía cómo ponerla en práctica. Hoy el proyecto se centra mucho más en crear nuevas oportunidades para los niños y los jóvenes que en convertirlos en campeones de competición. Y por esta visión y por apoyarme en cómo conseguirla, doy las gracias a Fight for Peace".
Para el futuro, Fábio sueña a lo grande: "Es imposible que no vea algo muy grande. Aunque no fuera mi intención, al principio mi enfoque se desvió hacia la estructuración de un gran proyecto, una organización en realidad. Al principio, sólo quería poner una colchoneta y empezar a formar a la gente, pero hoy veo que soplan vientos hacia algo mucho más grande. Incluso hoy en día, ya tenemos otros centros y esto fue sólo el resultado de la organización y las asociaciones con personas de ideas afines que vieron potencial en nuestro proyecto e invirtieron en llevarlo a otros territorios. Hoy, por ejemplo, la Escola de Lutas ya está en Jacaré. Y es esta fuerza colectiva la que nos hace seguir adelante. Hay cosas que estoy aprendiendo aquí que ya estoy llevando allí, transmitiéndolas. Y lo que esperamos es que dentro de algún tiempo nos veamos como Luta pela Paz, ¿sabes? Con varios centros, tal vez incluso fuera del país también, porque ya he tenido esta experiencia en el extranjero. Viví mucho tiempo en Lima, Perú, visité algunas comunidades y vi que tienen muchas necesidades similares a las nuestras y a veces incluso mucho mayores. Así que si nos proponemos hacer el bien a la gente, ¿por qué no pensar en esta misión más amplia, a diversas partes del mundo? Esto, por supuesto, sin olvidar nunca lo nuestro y de dónde venimos, porque estoy muy orgulloso de decir que nací y crecí aquí, en Maré. Fue con el apoyo colectivo que pude llegar hasta donde he llegado y es también colectivamente que vamos a hacer que muchos más niños y jóvenes de aquí alcancen su potencial a través de las oportunidades que intentamos darles."